lunes, 22 de diciembre de 2014

Mordisqueado

'Chulo, prepotente y soberbio; solo quiere estar por encima del resto y hace lo que sea para conseguirlo', así, sin anestesia.

Entre risas cayó esta bomba hace unos días, quizá no con estas palabras, pero viniendo a significar lo que plasman, saliendo de boca de alguien que se refería a un tercero; como si del enrevesado y gracioso 'tengo un conocido que es amigo del primo segundo del padre de aquel famoso al que tanto admiras', bueno, quizá no tan rebuscado, pero algo así.
Y esto, quieras que no, me hizo pensar, ¿realmente soy un capullo? Bueno, supongo que en estos casos la respuesta depende de a quien preguntes, pero, ¿lo soy?

Hoy, por otra parte, sin nada que ver con el tema, ni refiriéndose al mismo, me he llevado otra de esas tortas de realidad que tan descolocado te deja cuando las recibes, como pensativo y abstraído las horas posteriores. 'Tú no quieres', nuevamente, así, sin anestesia. He tenido que analizar la frase seriamente, 'Tú (osease, yo, el sujeto de la acción); no (negación, contrario a); quieres (verbo querer, amar, lovear, cómo dirían esas pijas que tratan aparentar un dominio del inglés cuando no tienen ni papa del idioma de Shakespeare)'. Repito, así, sin anestesia. ¿De verdad doy la sensación de ser tan frío que no soy capaz de amar?, joder, no sé...

No soy alguien que se caracterice por llevar a cabo muestras de afecto en público, ni por adornar mis palabras con pomposos adjetivos que demuestren al mundo el cariño que profeso por mis seres queridos, pero joder, de ahí a que no quiero, creo que hay un trecho. O quizá soy yo, que me veo como un Raffaelo de coco mientras que soy un vulgar Ferrero mordisqueado...
Esta comparativa de los bombones me ha llevado a pensar en mí como un bombón, metafóricamente, aunque lo sea -modestia aparte-. Es decir, me veo a mí mismo como un bombón, que han probado y mordisqueado varias veces, hasta que se han cansado y dejado en su envoltorio original. Ese bombón, dulce y tierno, se ha envuelto en un envoltorio dorado, elitista, que trata de marcar una diferencia entre yo y ellos..., que intenta recordarte que sí, que , puedes ser muy bueno, pero que yo, siempre estaré por encima.

Con esto no quiero decir que realmente crea que soy mejor que nadie, que a veces sí, pero solo a veces, sino que he conseguido crear a mi alrededor una película protectora que me aleja de todos aquellos que me ven como un 'chulo, prepotente y soberbio; solo quiere estar por encima del resto y hace lo que sea para conseguirlo'; y se dan cuenta de que yo también lloro cuando matan a la madre de Bambi.

Lo que me lleva a la conclusión de que realmente oculto una gran parte de mi ser detrás de un envoltorio que no invita a acercarse, seguramente porque ya me haya cansado de ser un bombón mordisqueado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario