miércoles, 24 de diciembre de 2014

El mensaje del Rey

O del príncipe heredero, en el caso de mi casa. Aunque, si hacemos caso a los anuncios de Ikea, esto es una república independiente; en la que manda mi madre.
Pero, dejémonos de tonterías, el 2014 agoniza y toca hacer balance de lo vivido a lo largo de este año, que, como mi menoría de edad, toca a su fin, y es que sí, en 10 días cumplo los 18; joder, como pasa el tiempo...
Bueno, a lo que iba, que entre comas, saltos de parágrafo y puntos y seguido me voy de un tema a otro como el que cambia de canal. ¡Vaya, ya lo he vuelto a hacer!
Todo año supera al anterior, o eso es lo que creo yo. Y es que, desde mi punto de vista, las cosas buenas superan las malas, a medida que crecemos, por lo que cada año tiene que ser mejor, por fuerza. Así que ahí va el balance de este, mi 2014:

Primero de todo, gracias a los que habéis estado siempre ahí y seguís estándolo, a los que habéis llegado nuevos este año y, aunque los dos sepamos que lo nuestro tiene fecha de caducidad, habéis dejado en mi una huella importante, y gracias a los que estando desde hace poco queréis pasar muchos más años a mi veraaa, verita veraaaaaaaa (¡ai, qué malo es el alcohol, niños, no lo probéis!)

Ah, gracias también a vosotros, todos esos que os habéis ido antes de tiempo y a los que no tuve tiempo, o ganas, o creí que no hacía falta recordaros todo lo importante que eráis para mí. Hoy, más que nunca, me doy cuenta que si soy lo que soy es, en gran parte, gracias a vosotros. Así que gracias, y que sepáis que se os echa de menos, mucho, muchísimo.

En segundo lugar, pedir perdón a todos aquellos que confiaron en mí y fueron defraudados. Si me he dado cuenta del error habré intentado enmendarlo, y espero haberlo conseguido. Si no lo he hecho, os pido perdón doblemente, primero por haberos fallado y después por no haberme dado cuenta y no haber intentado ponerle arreglo. En especial pediros perdón a todas aquellas personas a las que hice daño, deseando lo mejor para vosotros. En especial a ti.

Y por último, ¡adelante! Oye, que sí, que el 2014 ha estado muy bien/bien/mediocre/mal/muy mal, pero que aquí estamos y esto es lo que hay. Que si tú estás conmigo, yo voy a estar contigo, a muerte, sin reservas. Que nos queda mucho por vivir, demasiado y que el tiempo pasa volando, sí, pero nosotros somos dueños de nuestro destino, capitanes de nuestra alma. Nosotros decidimos cómo afrontar los reveses de la vida, y yo decidí, hace mucho tiempo, convertirme en el revés de Rafa Nadal. Así que vamos, deja de ser un recogepelotas y salta a la cancha, agarra esa raqueta y vamos juntos a por este partido de dobles, nosotros podemos con todo y tú lo sabes.

El 2015 pinta bien, no voy a mentir, la idea de cumplir 18 en 10 días suena muy muy atractiva, son tantas cosas: el carné del coche, el verano, la posibilidad de votar (sé que esto es lo mejor de los 18, eh), y un largo etcétera que podría explicaros ahora, pero eso ya es otro tema, que dará para otra entrada.

Disfrutad de estas fiestas con vuestra familia y vuestros seres queridos, reír, comer y sacar al niño que lleváis dentro; el encorbatado estresado que sois os lo agradecerá.
Ah, y esta noche no os perdáis el mensaje del Rey, o del príncipe heredero, o del tío que vive en la República Independiente en la que manda su madre...

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