-Oye tío, ¿puedo preguntarte algo?
+Claro, adelante.
-Hace mil que nos conocemos, ya sabes, y en todo este tiempo nunca te he visto prometer nada... ¿por qué?
+¿De verdad quieres saberlo?
-Me llama la atención, más que nada, pero si no quieres hablar del tema no hay problema.
+No, tranquilo, te lo contaré. No hago promesas porque soy incapaz de cumplirlas, así de simple.
-Pero, hombre, todos hemos roto alguna promesa pero no por eso hemos dejado de creer en ellas.
+Yo sí, estoy cansado de decepcionar a aquellos que me rodean y creen en mí, por eso dejé de hacer promesas. Prefiero no comprometerme a nada y no fallar por simple gusto, porque me motiva aquello que hago, que prometerte que voy a hacer algo y defraudarte porque he perdido el interés en lo que te dije.
-Pero... habrá alguna promesa que hayas cumplido, digo yo...
+No creas, únicamente recuerdo haber cumplido una, aunque cada vez tengo más ganas de romperla. -Ah sí, ¿cuál es ésa?
+Prometí a mi madre mantenerme con vida, no dejar que esta mierda me matara, pero cada día que pasa tengo más ganas de meterme un tiro entre las cejas y dejar este puto mundo.
-Joder macho, no hables así, de verdad que quitas las ganas de vivir a cualquiera... Prométeme que de aquí en adelante vas a ser más optimista.
+¿¡Tú eres tonto o qué coño te pasa!?
-Tío, cálmate, no quería que te enfadaras. No es tan difícil como crees, verás, solo tienes que creer en ti mismo y esforzarte por no decepcionarte. A fin de cuentas, te estás comprometiendo contigo mismo y no con la persona con la que mantienes la promesa.
+¿Pero tú de verdad crees que alguien como yo puede creer en sí mismo?
-¿Tan difícil es? Yo creo en ti, y seguro que no soy el único.
+No me vengas con chorradas, qué cojones vas a creer tú en mí. La única que en algún momento creyó en mí fue ella, y mira cómo acabó...
-¿Tu mujer?, ¿qué le pasó?
+Malgastó la vida intentando cambiarme, tratando de convertirme en el hombre del que ella se había enamorado. Le prometí mil veces que dejaría las drogas y la bebida y mírame, llevo más mierda dentro que Charlie Sheen.
-¿Y por qué no lo hiciste?, estaba en tus manos...
+Supongo que la quería demasiado como para dejar que se anclara a este barco hundido. Veía más fácil seguir en el fondo del océano y dejar que la corriente se la llevara a intentar salir a flote para acabar volviendo al lugar del que huía. Yo soy ésto, tío, y eso no lo va a poder cambiar nadie; por mucho que quiera, por mucho que la quiera.
-¿Ni siquiera el miedo a perderla te pudo hacer cambiar?
+Ella fue, es y será el amor de vida, tío, pero a esta mierda no se le puede llamar vida. Dejarla ir era la única manera de salvarla...
-¿Por qué nunca me habías hablado de ésto?
+No sé...
-Sabes que puedes salir de ésto, solo tienes que quererlo. Veo en ti a un hombre capaz de hacer lo que se proponga, basta sólo con que lo desee de verdad... ¿por qué sigues con la cabeza hundida en el barro?
+Quizá me gusta demasiado el alcohol, o los porros. Quizá me ves hablándole a una botella de whisky porque ni las putas que pago me soportan. Quizá lo mejor para todos sería volarme los sesos y desaparecer de una puta vez, convirtiendo el mundo en un lugar un poquito más limpio, a pesar de que eso supusiera faltar a la promesa que hice a mi madre; aunque bueno, otra más ya...
No hay comentarios:
Publicar un comentario